Reseña Histórica de la Parroquia Domingo Peña


Reseña Histórica de la Parroquia Domingo Peña
 
La narración y exposición de los acontecimientos pasados y dignos de memoria, es la historia. Por eso es de suma importancia recopilar un poco de información sobre la fundación y el surgimiento de nuestras comunidades, en especial en Campo de Oro, comunidad importante de nuestra Mérida serrana, un tanto subyugada hoy día, por los rigores de un urbanismo desordenado.

 
Estamos intentando escribir la memoria casi olvidada, recurriendo a los primeros habitantes, para no decir fundadores y que son forjadores de una realidad genuinamente sencilla y con espíritu emprendedor. Luciano Suárez, Ángel Sulbarán. Gabriel Díaz, Isidro Fernández y Florencia Rangel son algunos de ellos, nobles vecinos que lograron vencer ciertas adversidades de los tiempos.
Todo acontece en una tierra llamada “Llano Grande”, porción de espacio que se extendía desde lo que hoy es Glorias Patrias hasta más allá de Pie del Llano y que fue muy apetecido desde épocas de la colonia por su singular atractivo. El periódico El Vigilante lo señala, por los años veinte, uno de los lugares gratos para el disfrute conjuntamente con la Sierra Nevada, el río Chama y el Albarregas.
Para mediados de los años cuarenta, Llano Grande ya había perdido parte de sus encantos y comenzó a ser codiciado por necesitados invasores; peones de hacienda que solo añoraban tener su “ranchito”, empujados, quizás, por los cambios políticos que acaecían en el país. En el año cuarenta y cinco Llano Grande se desfigura en varias partes, y en una de ellas casualmente los tomistas, con sus casas levantadas en zinc y cartón, las van convirtiendo en lo que se denominó por algún tiempo “Barrio Obrero”
Una parte de Llano Grande limitada por un cercado de piedra era la Hacienda “Santa Ana” cuyos propietarios aún se recuerdan: primero Juan de Dios Ruíz, luego Roque Paoli y posteriormente Don Santos Creti. La Hacienda cambia de nombre cuando pasa a ser propietario Gabriel Pichón, éste la denomina “Campo de Oro” que sé muchos recuerdan fue colocado un aviso a la entrada de la Hacienda (hoy pasaje Los Pinos) con el nombre de “Campo de Oro” y la casa dela hacienda se da el nombre de “Villa San Gabriel”, casa que aún se conserva bajo custodia patrimonial de la Universidad de Los Andes.
Posteriormente la Hacienda pasa a manos de Miguel Terán, quien la convierte en una Hacienda de caña con un gran trapiche para la producción de panela en la que llegan a emplear una cantidad considerable de obreros. Para entonces existían 2 casas de tejas y tapiadura en lo que hoy se conoce como Cuatricentenario, propiedades de los señores Emilio González y Guillermo Alberto Carnevalli, se inicia la construcción del Aeropuerto de Mérida, que llevara su nombre.
Para ese tiempo se organiza un pequeño sindicato con la finalidad de luchar a favor de los trabajadores de las haciendas, entre ellas, la de Campo de Oro, ya que estos obreros trabajan de 6:00 a.m. a 6:00 p.m. y recibían una injusta remuneración. Este sindicato efectuaba sus reuniones “Casa del Alto” y fue presidido por el Señor José Parra, Presidente y el señor José Luciano Suárez, secretario de reclamos. Desde este Sindicato se crea una Junta Pro-fondo para conceder parcelas a la gente necesitada. La Junta Pro-fondos contribuía midiendo con cabuyas las parcelas y delimitándose con señales de palo o estacas. Había comenzado la toma de los terrenos de una manera articulada, independientemente de los encontronazos con la autoridad, se va a convertir en una apropiación, de hecho, definitiva.
Para 1948, entonces Gobernador “Constantino Valero” y el Presidente de la República el novelista Gallegos, continúan construyendo más ranchos. Este mismo año fue derrocado Gallegos, por un golpe militar dirigido por el Teniente Coronel Carlos Delgado Chalbaud, quien luego es asesinado y reemplazado por una Junta Militar (la de Pérez Jiménez).
Para los tomistas se tejía una nube gris en el cielo. El gobierno dio una orden Policial para tumbar todos los ranchos y comienza la destrucción de los mismos. Los desalojados que esperaban una huída plena de los “inquilinos”, encontrándose con un grupo de valientes que se mantienen firmes defendiendo su rancho y continúan en ellos, aún a costa de sus propias vidas.
Lo que hoy conocemos como Colegio “María Mazzarello” y “Centro Cultural de Campo de Oro”, fueron parte de los terrenos donde se demolieron totalmente los ranchos pero como la necesidad activa la desesperación, la gente insiste en construir nuevos ranchos. La autoridad, en una especie de tregua no pactada, cede los espacios fuertes de los tomistas y se conforma con varios lotes recuperados para emprender inmediatamente algunas infraestructuras de gobierno o escuelas. Corrían ya los años cincuenta, y se iban consolidando el barrio, que en un principio fue Barrio Obrero.
Más tarde, siendo Gobernador Vicente Talamo, se nombra fiscales de estos terrenos a Marcos Avendaño y Pedro Vera; como síndico procurador a Hermes Balza. El síndico autoriza a dichos fiscales asignar terrenos aún desocupados pero bajo orden de respetar los diez metros de calle. De esa manera se estructuran las calles 1, 2 y 3. Los terrenos que fueron tomados con menos separación entre ellos, solo cedieron lo indispensable para transitar y se estructuran en lo que son hoy en día, los pasajes callejones. 
También para esa misma época fueron invadidos terrenos cercanos al Aeropuerto, (Avenida Urdaneta). Pero a esos invasores se les ordenó desalojarlos y fueron traídos al legendario Llano Grande a quienes se les vendió parcelas de 6 metros de frente. El gobierno también ayudó a refaccionar viviendas.
En 1958, después de ser depuesto Pérez Jiménez, se da inició a unificar los sectores. Lo que en un principio se denominó “las cuadras” “18 de Octubre” y parte de “Barrio Obrero”, se transforma en “Campo de Oro”, en alusión a la ya conocida Hacienda “Campo de Oro”.
En esta segunda parte de nuestra historia en aras de recordar un poco más a nuestros personajes podemos reiterar que, entre los primeros fundadores de Campo de Oro, cabe mencionar a: Ángel Sulbarán, Gabriel Díaz, Luciano Suárez, Miguel González, Antonio Parra, Miguel Gutiérrez (quien colocó los primeros postes para la luz), José Parra, Rafael Parra, Máximo Lara, Ramón Barrios, Valentín Balza, Sebastián Peñuela, Rosalino Márquez, Isidro Fernández, Florencia Rángel (quien creó la primera Bodega con el nombre de “Campo de Oro”) y Rafaela de Márquez entre mucho otros.
Al comenzar a organizarse el barrio, sus habitantes designaron nombres a los diferentes pasajes o sectores: Calle Principal 1, Calle Gallegos, Pasaje Miranda, Pasaje Miraflores, Pasaje Urdaneta, Pasaje San Benito, Pasaje Los Pinos, Pasaje San José, Pasaje El Toronto, Pasaje Sánchez, Pasaje San Isidro, Pasaje Dávila (en homenaje al Padre Dávila) y Pasaje El Ceibo.

Campo de Oro ha sido fruto de la entrega y del esfuerzo de sus habitantes quienes con entusiasmo y dedicación la han hecho crecer… Para el año 2007, cuenta con un marcado mejoramiento en lo que a calidad de construcción se refiere. A pesar de sus innumerables problemas y de su “fama” como sector crítico de la Ciudad, Campo de Oro ha sido cuna de grupos culturales, deportivos y religiosos, profesionales, sacerdotes, entre otros. Por eso hay que resaltar su valioso recurso humano, gente dinámica y capaz, trabajadora, generosa y dispuesta a hacer de esa barriada una de las mejores de la Ciudad de Mérida.

Durante el período presidencial de Hugo Rafael Chávez Frías, se han implementado los siguientes programas sociales en la comunidad:

 
- Barrio Adentro
- Misión Sucre
- Misión Bolivariana

 
Lasmás recientes:
- Misión Vida
- Educación No Convencional
- Mercal
- Ayudas de Alimentación
- Creación de distintas Cooperativas
- Sindicatos de Mujeres
- Misión Ciencia
- Casas Alimentarías
- Consejos Comunales
- Juntas Parroquiales

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